El Cerro Chirripó, junto con los habitantes de las comunidades aledañas se ha convertido en un polo de desarrollo socio económico único, en virtud de una alianza que se ha dado entre los administradores de un parque nacional y los líderes de una comunidad.
Esta es la diferencia que pueden percibir las miles de personas que asisten anualmente a las diversas actividades relacionadas con la Carrera Chirripó o ascienden a la cima del cerro, en relación con las otras muchas carreras que se celebran en el país semanalmente.
Ronald Chang, director del Área de Conservación La Amistad-Pacífico (ACLA-P), destaca que esta es una simbiosis que se ha venido dando históricamente entre los vecinos de San Gerardo de Rivas y de otras comunidades cercanas con las autoridades del Sistema Nacional de Áreas de Conservación de Costa Rica (SINAC).
Fueron personas de la comunidad quienes ayudaron a los primeros turistas que fueron llegando al Cerro Chirripó, antes de que se le declarara como parque nacional, como parte de una reserva de la biosfera y como patrimonio de la humanidad, antes de que Los Crestones (punto de llegada para los atletas y los turistas) fueran declarados como símbolo nacional.
Chang resalta que la Carrera al Cerro Chirripó, además de haber alcanzado un enorme prestigio nacional e internacional, es la única que está en manos de una asociación de desarrollo comunal, en este caso, la de San Gerardo de Rivas.
“Porque no es lo mismo –dice Chang– administrar una carrera en cualquier parte del país, que administrar una carrera en un parque nacional que tiene normas, una biodiversidad la cual cuidar, que es patrimonio de la humanidad y que es parte de una reserva de biosfera”.
El SINAC, el ACLA-P y la Administración del Parque Nacional Chirripó, delegan la administración de la carrera en la Asociación, convencidos de la responsabilidad con que han venido trabajando a los líderes a largo de los años. Ambos trabajan en función de un objetivo común: la conversión del parque en un polo de desarrollo sostenible.
La simbiosis ha sido un ejemplo de conservación. Ellos –los vecinos del Parque- son los primeros bomberos que llegan cuando se desata un incendio; los que detectan de primera mano a los cazadores furtivos y son los ojos que están detectando las amenazas del parque.