Camino de indios cerro Chirripó
01 Jul
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La estrecha relación que existió entre las comunidades aborígenes de Turrialba, Talamanca y Bocas del Toro, en el Atlántico, con las del sureste de Costa Rica, evidencia la existencia de caminos que atravesaban la cordillera, desde tiempos inmemoriales.

De esas rutas, la que nos resulta más familiar es “El camino de los indios”, que comunica  los mencionados territorios cartagineses y limonenses y panameños con Chirripó, como se le llamó al distrito Rivas, antes de que de que fuera creado el cantón de Pérez Zeledón.

Sabemos que por ahí llega, y por ahí se va, la emblemática atleta Andrea Sanabria Jiménez (ganadora de nueve carreras al cerro Chirripó) acompañada por familiares y vecinos.

Pero “El camino de los indios” es sólo un concepto del que sólo pueden tener un criterio quienes han visitado la cumbre de Costa Rica, cuyo conocimiento total está reservado a esos queridos visitantes turrialbeños y a los poquísimos  arrieros que han hecho el recorrido, por esos trillos de gradientes, montañas vírgenes y ríos tempestuosos.

Los pioneros lo vivieron

Cuesta imaginar la dificultad que tenían aquellos pobladores para afrontar sus necesidades humanas y sociales, por falta de caminos. Con mayor razón hoy, que tenemos carretera asfaltada desde San Isidro hasta San Gerardo.

Pero, en mayor o menor medida, es una experiencia parecida a la que vivieron los pioneros que fundaron San Gerardo de Rivas y nuestras comunidades vecinas. De ello sí tenemos referencias.

Fueron llegando a los sectores que hoy conocemos como General Viejo, Palmares y Rivas, después de una caminata de tres días, por la agreste “Picada de Calderón”, a filo de hacha, para comunicar el Valle Central con el sureste de Costa Rica.

Desembocaban por el lado de lo que hoy es Miravalles, en el distrito General.

La Historia nos cuenta de familias, como los Montero, que, habiéndose separado del trillo, a mano izquierda, se instalaron durante meses en la cavidad de una roca que hoy conocemos como “La Piedra de Rivas”.

Luego llegaron otras familias, y fueron haciendo fincas y luego caseríos. Sin riquezas; sin medicinas; sin bastimentos; sin puentes; en más completa soledad.  Durante décadas, sólo tuvieron una comunicación marginal con la naciente comunidad de San Isidro.

Mejor por División que por Rivas

Todavía en los años 40, en que ya iba tomando forma la carretera interamericana, era más “fácil” trepar a División que bajar a San Isidro.

Para el tiempo del presidente don Teodoro Picado, cuando se construyó (a pico y pala) el primer trecho del camino entre La Piedra y División y todavía a inicios del gobierno de don Mario Echandi, los caminos que comunicaban La Piedra, Buena Vista y Rivas eran trillos, sin puentes, como los que recorrían los nativos, en tiempos inmemoriales.

Así se fueron haciendo los pueblos, como lo cuenta don Joaquín Elizondo. Así también fueron naciendo Rivas, Canaán, Guadalupe, San José, Chimirol, Herradura y nuestro San Gerardo, en el sector del Valle de El General que los pioneros llamaron Chirripó.

Sirva esta breve alusión a nuestros orígenes, para rendir tributo a los pioneros y también a todas las organizaciones e individuos que unieron esfuerzos para dar un puntillazo al desarrollo de nuestra región, con una carretera que llega a San Gerardo… donde comienza “El camino de los indios”.